Desde que se inició el proceso constituyente la encuesta CADEM semana a semana ha recogido la percepción de confianza de las personas en el mismo. En junio, un 55% de personas consideraba tener mucha o bastante confianza en el proceso y en la última medición de esta semana esta llega al 51%. Si bien se mantiene sobre el 50%, el nivel de confianza ha tenido mejores momentos como el 9 de julio con un 63%.
Sabemos que la confianza es muy difícil de construir y muy fácil de destruir y también sabemos que la actual crisis de legitimidad de las democracias, solo es posible superarla si existe confianza en las instituciones y en quienes las lideran.
Hoy la noticia en los medios es que la confianza en el proceso ha bajado 8 puntos respecto de la medición de la semana pasada. Es una evaluación esperable en un proceso que se inicia desde 0 y tiene que ir resolviendo cuestiones complejas antes de ponerse efectivamente a trabajar en los temas de fondo que son los que importan a las personas. Desde cómo organizarse, cómo ordenar el financiamiento y la operación diaria a presentar declaraciones que se consideran básicas para la Convención para dar cuenta de su propia voz como organismo que inicia un proceso complejo.
Pese a lo entendible que es este inicio del proceso, las voces críticas han ido creciendo, así lo vemos al analizar las conversaciones de las personas que interactúan en nuestras redes, una sensación de que se debate mucho y no se entra en el fondo, que hay muchas peleas, que no “están haciendo” aquello para lo que se los eligió. Y es entendible por el grado de esperanza que las personas ponen en el proceso, porque es mucho lo que está en juego, porque hay una ansiedad ciudadana porque las cosas se hagan de manera diferente y es la nueva constitución la esperanza de ello.
Sabemos que la confianza es muy difícil de construir y muy fácil de destruir y también sabemos que la actual crisis de legitimidad de las democracias, solo es posible superarla si existe confianza en las instituciones y en quienes las lideran. Es por ello por lo que es importante tener paciencia, entre tantas discusiones la Convención avanza en contar con una Comisión de Reglamento, primer paso para poder organizar la discusión de fondo. La Comisión de Etica que pone en el centro la necesidad de transparencia del trabajo de la convención y los convencionales, la Comisión de Presupuesto, para contar con un manejo claro de los recursos o la Comisión de Participación que debe resolver la manera de escuchar a todos y todas. Todos estos elementos, transparencia, reglas claras y participación, son esenciales para la construcción de los vínculos de confianza en el proceso Constituyente y es fundamental que estén siendo considerados desde un inicio en el proceso, aunque tome algo de tiempo y un par de buenas discusiones.
En este artículo de opinión del director de Criteria, empresa que ha estado monitoreando la percepción ciudadana respecto del proceso, puedes ahondar en esta materia.