Si bien la descentralización conlleva una serie de beneficios para los países, implementarla de manera justa y que no genere más desigualdades que las que pretende resolver es todo un desafío.
El reto es: determinar cuáles son las responsabilidades “locales” y las que deben continuar “centralizadas”.
En nuestro país ese tema se abordó con el proyecto de ley de transferencia de competencias a los gobiernos regionales publicado en 2018 junto con la ley que regula la elección por sufragio popular del gobernador regional (ver aquí), a los que esperamos poder elegir democráticamente por primera vez el 15 y 16 de mayo próximo.